Estudiar un máster ya no es un proceso complejo al que sólo las personas con grados universitarios ni largas matrículas de materias acreditadas pueden acceder. Hoy en día, y como parte de la democratización de la educación, existen diversos tipos de masters mucho más accesibles que no requieren formación universitaria, es más, muchos de ellos ni siquiera tienen prerrequisitos académicos.
La experiencia vital es tu mejor herramienta
Para estudiar un máster de este tipo probablemente el requisito más importante sea la convicción y la determinación, sin embargo puede ser que la universidad que lo imparta establezca ciertas condiciones como experiencia o conocimientos mínimos. Esta es la principal diferencia de este tipo de máster con los “oficiales” o de grandes universidades: suponen una oportunidad inmejorable para aquellas personas que han desarrollado una carrera exitosa en un determinado sector profesional a base de experiencia y formación autodidacta, sin preparación universitaria.
Es decir, representan una gran opción porque significan el acceso a una formación académica basada en los conocimientos empíricos adquiridos a lo largo de la vida y, quizá, de la experiencia laboral y profesional. Esto abre la puerta a nuevos horizontes profesionales con nuevos retos, nuevas proyectos y nuevas responsabilidades.
Este tipo de máster valora sobremanera la experiencia vital, laboral y profesional del aprendiz. De esta manera, pese a que en muchos países del mundo existen maestrías dirigidas a profesionales recién egresados, en otras regiones como América Latina, la experiencia de los participantes es considerada un criterio clave de calidad y garantía de éxito. Es decir, se trata de repensar los caminos que tiene la formación de una persona no sólo a través de la consolidación de una carrera universitaria.
Esto no quiere decir, sin embargo, que estudiar un máster no signifique esfuerzo y determinación pues, en efecto, se trata de estudios de alto nivel que otorgan la especialización en una disciplina. Esta especialización, como ya vimos, no todos los requisitos deben ser de carácter puramente académico
Piensa, por ejemplo, en una persona que no tiene una formación en finanzas pero conoce el sector fintech profundamente. Como dice la sabiduría popular: “la experiencia es la madre de la ciencia” y quizá la tuya es totalmente válida para emprender tu camino académico como cualquier recién universitario egresado.
Otra característica importante de estos masters es la flexibilidad, ya que al no ser enseñanza reglada ni de carácter oficial, sus programas responden en todo momento a la realidad del sector profesional al que están vinculados. Además, sus calendarios suelen ser flexibles y, aunque su duración es similar a los oficiales, económicamente tienden a ser menos costosos.
Como ves, los másters no son un círculo privado de personas con titulación universitaria como muchísima gente cree, sino que entre sus límites abarcan también a otros perfiles profesionales y laborales que no tienen que estar alineados con esa formación.
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