La universidad no sólo nos educa teóricamente en determinado campo de conocimiento. También, durante el estudio de sus carreras, los estudiantes universitarios atienden el desarrollo de distintas habilidades que fomentan su bienestar en distintas áreas de la vida.
Las aptitudes que fomenta la universidad son aquellas denominadas “habilidades duras” y “habilidades blandas”, las cuales permiten, por una parte, dominar los conocimientos pertinentes a tu profesión y, por la otra, que te relaciones efectivamente con los demás, puedas participar en equipos de trabajo y proyectarte para alcanzar logros y objetivos compartidos.
Ya sea con el estudio de una licenciatura, una maestría, un posgrado e inclusive un doctorado, las universidades te enseñarán comúnmente diez habilidades para tu mejor desarrollo profesional.
1. Pensamiento crítico:
Independientemente del campo profesional al que los pequeños deseen acceder en un futuro, el fomentar en ellos la contemplación de los problemas desde diferentes perspectivas para formular sus propias soluciones, es una herramienta esencial y muy efectiva para ayudarlos a triunfar en el ámbito académico y laboral.
2. Colaboración y liderazgo:
Una de las habilidades más conocidas y ampliamente estudiadas en distintos ámbitos es la capacidad de liderar y trabajar en equipo. Si bien hay que reconocer que no todas las personas tienen el mismo potencial para ser líderes, diversos estudios y técnicas han comprobado que es posible desarrollar esta capacidad hasta cierto punto, e incluso, ejercer liderazgo desde una posición más discreta.
3. Agilidad y adaptabilidad:
Sin duda, una de las habilidades más requeridas en el entorno laboral hoy en día es la capacidad de las personas para adaptarse con rapidez a los cambios en un ambiente siempre dinámico. Por eso, fomentar este tipo de técnicas desde pequeños, cómo al variar las estrategias de enseñanza, por ejemplo, puede ser una herramienta muy eficaz para su futuro.
4. Iniciativa y emprendedurismo
En un mundo en constante movimiento, los estudiantes deben ser capaces de tomar la iniciativa para la ideación de proyectos y oportunidades que contribuyan a hacer crecer su comunidad. Para esto, lo más importante es impulsarlos a deshacerse del temor al fracaso y los riesgos. Difícil, mas no imposible.
5. Comunicación efectiva:
La capacidad de una persona para comunicarse de manera clara y eficaz, ya sea de forma oral o escrita, es imprescindible para asegurar el éxito personal y laboral de toda persona; y aunque parezca que esta es una de las habilidades académicas básicas que todo estudiante debería de tener, la verdad es que con los avances tecnológicos y las redes sociales, la forma de comunicarse de las personas ha cambiado. Por eso, lo recomendable es estimular a los pequeños a no depender demasiado de las herramientas digitales y en lugar de eso, trabajar más en conocer y aplicar correctamente las reglas gramaticales y de sintaxis.
6. Análisis y selección de la información:
No es desconocido que internet nos permite acceder a cantidades inimaginables de información todos los días. Sin embargo, es nuestro deber como padres y maestros el impulsar a los niños a investigar y valorar la veracidad de la información que reciben de éste y todos los canales de información a su disposición, para poder desarrollar un juicio propio basado en el conocimiento adquirido de diferentes fuentes confiables y no de un solo medio nada más.
7. Autoevaluación:
Reexaminar el trabajo propio es una de las habilidades clave para fijar los conocimientos a largo plazo y mejorar la capacidad de comprensión y juicio personal, ya que al repasar información previamente adquirida, el estudiante fortalecerá sus conexiones neuronales incentivando la capacidad de memoria, mientras que podrá hacer una revisión rápida de su propio trabajo en busca de posibles errores no reconocidos previamente.
8. Involucramiento en las TIC:
Aunque en el punto 5 hablamos sobre cómo las redes han modificado las habilidades de comunicación de las personas, es una obligación de nosotros el ampliar los horizontes del aprendizaje de los niños a través de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Así reforzaremos la capacidad de autoaprendizaje y la curiosidad por el conocimiento interdisciplinario.
9. Integridad:
Por definición, la integridad se refiere a la habilidad para actuar consistentemente con aquellos valores, creencias y principios que decimos sostener y que aprendemos desde temprana edad. Así, al moldear la integridad de los niños a través de principios y valores humanos, reforzamos positivamente su propia personalidad y les recordamos que el desarrollo de éstos va mucho más allá de una calificación o una obligación escolar.
10. Creatividad:
Por último, promover positivamente en los niños la generación de ideas originales y el aprecio a la naturaleza de lo bello, ayudará a estimular en ellos la imaginación, la innovación y el sentido por lo estético. Con esto, propiciamos el interés en los niños para expresarse de maneras artísticas como la poesía, la actuación, el arte, entre otras, dando origen a un pensamiento mucho más curioso e innovador.
En un estudio realizado por el INEGI en 2021 alumnos egresados les preguntaron ¿cuáles fueron las habilidades más utilizadas en su etapa laboral y su utilidad?
*Trabajo en equipo 86.77%
*Comunicación verbal 89.80%
*Comunicación no verbal 65.25%
*Redacción 81.82%
*Negociación 80.11%
*Lenguas extranjeras 55.60%
*Manejo de software especializado 74.10%
*Toma de decisiones 88.57%
*Liderazgo 86.90%