Como seres humanos tenemos la capacidad de seguir aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Y lo que es mejor:  compartir nuestro conocimiento. Cuando entramos al mundo profesional y laboral, nos vemos en la necesidad de aprender nuevas reglas, procedimientos, logística, etc., es decir, dependemos de otros que nos guíen en el camino. A este proceso se le conoce como capacitación y es sumamente importante pues nuestro desempeño en el centro de trabajo depende, en gran medida, de él.

Toda empresa o negocio debe capacitar a su personal para lograr el perfeccionamiento de los procesos, y así conseguir sus metas y objetivos. Capacitar significa involucrar al trabajador de forma que desarrolle sus habilidades y conocimientos y sea capaz de llevar a cabo más eficazmente su trabajo. 

Así, si tus colaboradores no tienen un buen desempeño en sus labores, existe la posibilidad de que sea un problema de capacitación, pues, bien ejecutado, este proceso dota a los miembros de la organización de las herramientas para desempeñar eficazmente una labor determinada. Además, los beneficios de un buen entrenamiento laboral pueden prolongarse durante toda la vida profesional e, incluso, dejar huella en el desarrollo personal.

Las acciones de capacitación del personal (en cualquiera de sus versiones: cursos, talleres, conferencias, congresos, diplomados) permiten adquirir conocimientos teóricos y prácticos. Además, estas acciones promueven que las personas actualicen su bagaje y adquieran nuevas habilidades, fortalezcan su  capacidad de respuesta ante los cambios del entorno o de sus requerimientos laborales; incrementen su desempeño dentro de la institución y estén más preparadas para el día a día.

En este orden de ideas, la capacitación laboral busca que las tareas se realicen con calidad, productividad, estabilidad, permanencia y en un buen ambiente de trabajo.

Entre los beneficios de la capacitación destacan:

• Calidad y mejora en las tareas
• Reducción en tiempos y supervisión
• Solución de problemas con diferente perspectiva
• Sensibilización ante nuevos retos
• Desarrollo ético y motivación del personal
• Creación de equipos de trabajo de alto desempeño
• Seguridad y autoestima en los trabajadores
• Mayor especialización y consciencia de las tareas
• Mayor rendimiento  

Como ves, la participación de los colaboradores en una Institución es dinámica, multidisciplinaria e interactiva, implica movilidad y cambios constantes. Por eso, para lograr una buena colaboración, es necesaria una excelente capacitación. Sin embargo, no olvides que la capacitación es un proceso constante, no basta llevarla a cabo cuando los colaboradores llegan a tu empresa. Un colaborador que deja de aprender tiende a perder la motivación (pero hablaremos de eso en otro post).