Cuando inicias cualquier proyecto, planificar es fundamental. Este proceso te permitirá saber hacia dónde dar los primeros pasos, determinar las actividades que se llevarán a cabo y proyectar las posibles soluciones a los problemas que se presenten en el futuro. Si hablamos de un negocio o de una empresa ya consolidada, la planificación es un tanto más importante. Para gestionarla de manera exitosa, el plan de negocio deberá incluir, necesariamente, un plan de inversión. 

Una inversión es la vinculación duradera a recursos financieros para activos tangibles e intangibles de una empresa. La planificación de inversiones, por lo tanto, es un componente central en la estrategia de negocio. Su importancia radica en que nos permite tener una hoja de ruta que marque el flujo que seguirá el dinero dentro de la gestión financiera. Así, definiremos nuestros objetivos y priorizaremos los elementos de mayor relevancia en la estrategia. De esta manera, podemos definir al plan de inversión como el programa que especifica y detalla el destino, las acciones y el plazo de cada inversión.

¿En qué consiste esta planificación? 

Para llevar a cabo el plan de inversión, es necesario comprender que es un proceso continuo pues, aunque es imprescindible para iniciar cualquier proyecto, cada negocio o empresa evoluciona de manera distinta y está sujeta a diversos cambios, factores externos, circunstancias internas de la organización, etc., entonces, es muy seguro que tu planificación y las acciones que tomes tendrán que irse adaptando a la realidad cambiante. Sin embargo, a manera de guía, te recomendamos tomar en cuenta las siguientes etapas en el proceso del plan de inversión:

1.- Haz un estudio de mercado exhaustivo. Principalmente es indispensable que investigues:

•  Cómo funciona el sector en el que quieres trabajar.
• Qué competidores directos tienes y qué productos y servicios ofrecen.
• Quién es tu cliente ideal y qué necesita.

2.- Establece los objetivos: Elabora un plan que tendrás que ver cómo obtener el dinero que necesitas para lanzar tu negocio y para etapas posteriores.

3. Analiza los recursos de partida. Debes analizar de qué activos financieros dispones y analizar a fondo la estructura de ingresos y gastos de tu proyecto. Toma en cuenta todos los gastos que hagas, desde la papelería hasta la renta de las instalaciones.

4.- Establece la estrategia: Cuando hayas analizado los puntos anteriores, es momento de determinar el plan, es decir, ajustar plazos de inversión, conocer y determinar medidas para el nivel de riesgo en cada etapa, además de tener en cuenta el nivel de liquidez que necesitarás en cada proceso. Te recomendamos que proyectes y visualices la evolución de la inversión en distintos posibles escenarios: tanto si tiene un futuro prometedor como en el escenario más pesimista. Esto con la finalidad de proyectar las posibles soluciones.

5.- Ejecuta la estrategia. Una vez que hayas determinado cuáles serán los pasos tácticos, es momento de ejecutarlos. Para hacerlo deberás decidir los vehículos en los que vas a canalizar la inversión:  fondos de inversión, planes de pensiones, inversión directa en bolsa, títulos de deuda pública, etc. Una determinación fundamental en una correcta planificación financiera es la diversificación, es decir, diversificar tanto en activos como en tipo de activos. 

6.- Analiza el progreso. La inversión raramente es un proceso lineal. Existen altibajos en los mercados en los que se invierte y también aparecen situaciones imprevistas. No es raro, por tanto, desviarse del objetivo inicialmente planteado, como mencionamos arriba. Por eso, es de suma importancia el seguimiento periódico de la inversión y realizar los cambios que esas nuevas circunstancias exijan.

Ten en cuenta que el principal objetivo del plan de inversión es guiar tus inversiones actuales o futuras por el buen camino. Por eso, lo más importante es no perder de vista tus objetivos y los de la organización. 

Una inversión es la vinculación duradera a recursos financieros para activos tangibles e intangibles de una empresa. La planificación de inversiones, por lo tanto, es un componente central en la estrategia de negocio.